Equipos de toda la península, e incluso, de Estonia no se quisieron perder el evento, por el que la exigencia organizativa era muy elevada.
Los equipos más tempraneros, comenzaron aún de noche. A las 05.00 horas de la mañana entraban a la cuarentena los 30 equipos de la modalidad de 12 horas para poder estudiar la estrategia a seguir. El objetivo, 65 balizas distribuidas en un mapa donde la exigencia física era determinante. Los fuertes desniveles, con cortados impasables bastante pedregosos de esta zona, alentaban los corredores y condicionaron las decisiones finales de los equipos.